La llegada del año nuevo es una de las festividades más extendidas en todo el planeta, ya que obedece al cambio de fecha del calendario occidental estándar (también llamado “calendario gregoriano”), que es el que se utiliza en la inmensa mayoría de países.
El origen de esta fiesta se sitúa en los festejos en honor a Jano, el dios romano al cual está dedicado el mes de enero, que vela por los buenos inicios y que tiene dos caras: una que mira al pasado y otra hacia al futuro. Por eso la fiesta de nochevieja es siempre un buen motivo para hacer balance del año anterior y disfrutar en buena compañía de los mejores deseos para el año que entra.
A pesar de ser una celebración casi universal, la llegada del nuevo año se festeja de múltiples formas en cada lugar, ya que se adapta a las tradiciones locales de los diversos países donde tiene lugar. Aquí comemos uva mientras suenan las doce campanadas. ¿Qué otras cosas se hacen alrededor del mundo?
Copenhage
El carácter ordenado y elegante de la capital nórdica se ve trastocado el último día del año cuando, después del tradicional discurso de la reina, y una vez que tocan las doce de la medianoche, la costumbre danesa marca que se salte desde una silla para recibir el nuevo año con buena suerte. También trae buena fortuna romper piezas de vajilla en las puertas de familiares y amigos, y así expresar estima y buenos presagios a los conocidos que más queremos.
Río de Janeiro
La mezcla de folklore europeo, africano e indígena hace de la celebración de Nochevieja en Río de Janeiro una fiesta muy especial. Los ritos imprescindibles implican ir a la playa de Copacabana (donde se reúnen hasta 3 millones de personas) vestidos completamente de blanco y saltar siete olas en honor de Yemanjá, la diosa candomblé del océano. Una vez saltadas las olas, recuerda retroceder mirando al mar y así no darle la espalda a Yemanjá, para no hacerla enfurecer.
Tokio
La atracción estelar de la noche es ver el concurso musical televisivo “Kohaku Uta Gassen”, que se retransmite desde 1953 y reúne audiencias millonarias. Antes de la medianoche se tiene que comer toshikoshi soba, una sopa de fideos de arroz que nos servirá para tener una vida próspera y tan larga como los mismos fideos. Y ya llegado el nuevo año, la tradición es hacer el Hatsumode, la primera visita a un templo o santuario sintoísta para pedir los mejores deseos.
Nueva York
Quizás no tiene nada de extravagante o curiosa, pero es sin duda una de las celebraciones de nochevieja más icónicas. ¿Quién no ha deseado hacer la cuenta atrás en Times Square y ver de cerca la emblemática bola iluminada bajar envuelta en una lluvia de confeti y serpentinas? Una celebración espectacular que tiene lugar en Manhattan, al lado de los teatros de Broadway, y uno de los símbolos de la ciudad que nunca duerme.
Kiribati
Debido a la configuración de los husos horarios, este remoto y paradisíaco archipiélago de la Micronesia, situado en pleno Océano Pacífico, es el primer lugar habitado del planeta en recibir el año. Olvídate de masificaciones, de comidas especiales, de ritos ancestrales... Y sé el primero en brindar por el año que llega en una idílica cabaña sobre aguas turquesa, o bien contemplando los castillos de fuegos artificiales en la terraza de un lujoso resort.
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